jueves, 12 de noviembre de 2015

martes, 10 de noviembre de 2015

FARC y ELN: juntos, pero no revueltos, Por: Víctor de Currea–Lugo, Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz - Universidad Nacional de Colombia

FARC y ELN: juntos, pero no revueltos



FARC y ELN: juntos, pero no revueltos
Nov. 07 de 2015
Por: Víctor de Currea–Lugo,
Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz - Universidad Nacional de Colombia

La agenda del ELN, por utópica que parezca, apunta más a la construcción de paz que al fin del conflicto, lo que tiene sus aciertos y desaciertos.

La insurgencia colombiana no ha sido derrotada en los campos de batalla y por tanto el proceso de paz dista mucho de una entrega, pero tampoco tomó el poder por la fuerza, por lo que no puede pretender hacer la revolución en la mesa de diálogo. Entre estos dos extremos se mueve la negociación.
No es exagerado decir que en La Habana es la primera vez que el Estado colombiano negocia una agenda sustantiva, pues en los procesos anteriores (M–19, EPL, CRS, MAQL, PRT) los grupos insurgentes ya habían decidido dejar las armas y solo pedían una vía digna para hacerlo, más que discusiones de agendas sociales o políticas. Hoy, los avances en ese proceso y el deseo de que el ELN se sume pronto, generan preguntas sobre lo vinculante de lo acordado en la primera mesa (con las FARC) para la segunda mesa (con el ELN).
Al respecto, a comienzos de 2015 un comandante eleno, con solemnidad, me decía que ellos respetan el proceso de La Habana, lo saludan, le reconocen sus avances pero (y aquí está el punto) no los vinculaba. Ahora, en un reciente comunicado (octubre de 2015), el ELN matiza su postura diciendo algo muy significativo: “la paz es una sola”. Creo que ese giro tiene que ver con la madurez que ha ido ganando el proceso preliminar y con un aumento del apoyo a la negociación en el interior de su militancia.
Ambas guerrillas han insistido en lo complementario de los dos procesos. El aporte de las FARC al país se da en términos del debate de lo agrario y el del ELN se daría en términos de la participación política, suele decir Carlos Velandia, exdirigente del ELN. El primer proceso abre una ventana que le facilita al segundo proceso asomar la cabeza por un lado, pero a la vez le hace más difícil negociar nuevos temas. Sin embargo, esta complementariedad no puede darse pensando que las FARC son un león que ruge y basta darle algo de comer para aplacarlo, ni que el ELN es una hiena que espera las sobras del león.
Sobre víctimas, el ELN comparte la visión general de La Habana, pero agrega que hay que ahondar en el tema de “verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición” bajo la frase de Pablo Beltrán: “verdad toda, pero verdad todos”. Esto preocupa a los enemigos de la paz, que pasaron de pedir “paz sin impunidad” a asustarse cuando se anunció un punto en Cuba que incluye penas (así sean alternativas) que incluso los podrían salpicar.
Por su parte, los elenos dicen que no quieren repetir la historia de hacer acuerdos de élites sin la participación de las fuerzas sociales y políticas en la solución del conflicto y la construcción de la paz. Para la mesa de La Habana, las partes acordaron una serie de foros, organizados por la Universidad Nacional de Colombia y Naciones Unidas, pero este mecanismo no sería suficiente para ellos.
Transformaciones necesarias para la paz
Se requiere, insisten, saber escuchar a las mayorías, las que no han sido escuchadas, que esas voces también decidan por el destino de un nuevo país, con las mínimas transformaciones que sienten las bases de poder hacer política sin el uso de las armas, para poder vivir en paz (por ejemplo, enfrentando seriamente al paramilitarismo).
Además, la agenda de los elenos, por utópica que parezca, apunta más a la construcción de paz que al fin del conflicto, lo que tiene sus aciertos y desaciertos. Aciertos porque pone en la mesa lo dicho por muchos: el conflicto se resuelve atendiendo sus causas. Y desaciertos porque el desgaste del proceso de La Habana le puede pasar factura a los elenos. No sobra decir que éste tiene una agenda cerrada que difícilmente se va a barajar de nuevo solo porque se toquen nuevos temas en la segunda mesa. Las FARC ya han sacado en la negociación buena parte de lo que las élites aceptan negociar, con lo cual al ELN le quedaría poco de, digamos, lo negociable. Y aquí radica la tensión del punto de “transformaciones necesarias para la paz” que demandan los elenos.
Sobre el modelo de justicia transicional acordado en Cuba, el ELN no lo aprueba ni lo niega, aclarando que: “Nosotros no conocemos los acuerdos sobre la Jurisdicción Especial para la Paz, pues son reservados, y escuchamos decir al comandante Iván Márquez que en varios asuntos el Gobierno estaba tergiversando lo firmado, por ello se requiere tener la documentación completa antes de emitir más opiniones” (Gabino). Es claro que la rebelión y los actos de guerra aceptados por el Derecho Internacional Humanitario (dih) no deberían ser penalizados, pero sí los crímenes de guerra. Los estándares internacionales no pueden rebajarse pero tampoco aumentarse; por ejemplo, los combatientes no son, en principio, víctimas. Para los elenos la justicia estaría en correspondencia con la verdad junto a las comunidades, quienes serían las llamadas a redimir las penas, y no el Estado.
Así mismo, después del celebrado 23 de septiembre, Timochenko aclaró que la versión difundida por el Gobierno no era exactamente lo acordado sobre justicia transicional; algo similar a lo que pasó en el primer comunicado conjunto Gobierno–ELN, en junio de 2014. Estos actos refuerzan lo que a mi juicio es el principal escollo que subyace a la mesa preliminar entre estas dos partes: la falta de confianza mutua y la generosidad para construir un nuevo país (en lo que sí ha logrado avanzar la mesa con las FARC).
La necesidad de generar confianza
Y ese obstáculo no se resuelve aumentando la presión sobre el adversario sino gestionando la confianza, lo que nace de actos concretos que la alimenten. Creer que se va a presionar a la insurgencia hablando fuerte sobre temas como entrega de armas, penas de prisión y agendas con inamovibles, es un error de cálculo.
Los actos de guerra, dolorosamente, también seguirán en medio del proceso de negociación hasta que se acuerde un cese al fuego, que para el ELN debería ser de carácter bilateral, mientras las FARC le apuntaron a uno unilateral. La mesa de La Habana partió con: “nada está acordado, hasta que todo esté acordado”, pero es posible que los elenos planteen acuerdos previos que sirvan para aumentar la confianza y evidenciar las garantías de participación política.
La cita entre Timochenko y Gabino, en Cuba (mayo de 2015), parece que terminó con un let’s agree to disagree (estemos de acuerdo en que estamos en desacuerdo), lo que no significa que en el futuro no haya coincidencias. La mesa con el ELN sería, entonces, la segunda vez que el Estado colombiano negocia y, curiosamente, sobre algunos temas que ya la Constitución de 1991 había definido. La paz sin los elenos sería incompleta, pero lo avanzado con las FARC no es sólo una mesa más, sino un nuevo contexto político que ellos no deben desconocer.
El problema del tiempo es el de cómo compaginar las dos mesas, pero la articulación no es la mayor dificultad: una cosa compleja pero finalmente de alta carpintería. El proceso de La Habana tiene vida propia y el ELN lo sabe. No se trata de encajar el nuevo proceso (eso es insistir en la forma), sino que éste sea viable y su viabilidad depende de lo que sea negociable, lo que a su vez depende del Gobierno, más que del ELN.


Edición:

lunes, 9 de noviembre de 2015

Enfoque Vivir Bien reconocido por PNUMA

http://www.pressenza.com/es/2013/03/enfoque-vivir-bien-reconocido-por-pnud/

Enfoque Vivir Bien reconocido por PNUMA

18.03.2013 - Nairobi Pressenza IPA

Enfoque Vivir Bien reconocido por PNUMA
(Imagen de http://bit.ly/e2mKfV)

Por Diego Pacheco, Ph.D.*
El enfoque “Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra” fue reconocido en la reunión del Consejo de Gobierno del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Foro Ministerial sobre Medio Ambiente (febrero 18 al 22 de 2013).
En Nairobi, Kenia, se realizó la primera reunión universal del Consejo de Gobierno del PNUMA y el Foro Ministerial sobre Medio Ambiente (18 al 22 de febrero de 2013), bajo la denominación: “Del documento final de Rio+20 a la puesta en práctica”. En esta citada reunión, participo una delegación nacional presidida por el Ministro de medio Ambiente y Agua, Sr. Jose Antonio Zamora Gutiérrez.
En el documento de Rio+20 “El Futuro que Queremos” los países del mundo decidieron fortalecer al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y determinaron la membresía universal para dicho programa. Esto significa que un país como Bolivia que antes no participaba en las decisiones sobre el PNUMA sea ahora parte de esta entidad al ser un Estado miembro de las Naciones Unidas. Por otra parte en Rio+20 uno de los temas más debatidos fue el de la “economía verde”. Como parte del balance del documento se identificó -entre muchos otros temas- que existen diferentes enfoques, visiones, modelos y herramientas para alcanzar el desarrollo sostenible además del de la economía verde que es solamente una herramienta para este propósito. Sin embargo, las decisiones fueron más específicas para avanzar con un proceso de implementación sobre la economía verde.
El Estado Plurinacional de Bolivia ha delineado su propuesta internacional en este tema de forma consecuente con lo establecido en los mandato de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra (Tiquipaya, Bolivia, abril de 2010), donde se planteó el reconocimiento del Vivir Bien como un nuevo paradigma alternativo al capitalismo y a la modernidad.
En la reunión del PNUMA de Nairobi, los países desarrollados y otros muchos que los apoyan, pensaban contar con una plataforma para el relanzamiento de la economía verde en tanto que esta entidad que actúa como el Secretariado del Foro de Ministros de Medio Ambiente, es el cerebro y el brazo operativo de la economía verde, habiendo entonces enfocado su trabajo a promover como uno de sus pilares fundamentales de acción el de la economía verde.
En Nairobí el Estado Plurinacional de Bolivia logró consensuar una decisión, conjuntamente con el Gobierno de la China, que reconozca en la implementación de Rio+20 los diferentes enfoques, visiones, modelos y herramientas para el desarrollo
sostenible. En esta decisión sobre “economía verde, desarrollo sostenible y erradicación de la pobreza” se ha reconocido de forma explícita que en el mundo se están poniendo en marcha dos vías para alcanzar el desarrollo sostenible.
i) La primera vía es a través de la economía verde por la que se va a construir el capitalismo verde o socialismo verde (economía verde) donde todavía se concentra la mayoría de los esfuerzos de los países, incluido el de la China con la civilización ecológica;
ii) La segunda vía es, en el marco de los diferentes enfoques, ya que Bolivia está poniendo en marcha en el escenario internacional bajo los mandatos de la Cumbre de los Pueblos de Tiquipaya –que cuenta con el apoyo de varios países-y de la Ley No. 300 Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien; esta es la vía del “Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra”.
Entonces en el mundo se ha empezado a asumir que ya no existe sólo la vía básicamente eurocéntrica de la economía verde sino también su antítesis que es la del“Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra”. No deja de ser interesante que el Gobierno de la China bajo el diseño e implementación de la idea de la “civilización ecológica” puede lograr cambiar el paradigma eurocéntrico y de capitalismo verde de la economía verde.
Entonces, con esta decisión también se está incubando un cambio al pensamiento eurocéntrico desde dentro de la propia economía verde, inicialmente vinculada a la puesta en marcha de un capitalismo verde.
Como consecuencia, de aquí en adelante los debates internacionales en el marco de Naciones Unidas no pueden ignorar que uno de los enfoques en el mundo es el del Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra, incluyendo el más importante debate en curso que está relacionado con el diseño de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Todavía el Vivir bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra está encapsulado en la discusión internacional de Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible; sin embargo, ese es el siguiente desafío a mediano plazo, avanzar en el cambio del entendimiento mundial del desarrollo sostenible hacia el del Vivir Bien.
Entre otros temas importantes, el Estado Plurinacional de Bolivia también solicitó el cambio de nombre del Programa de Naciones Unidas sobre deforestación y degradación forestal que actualmente se denomina como ONU-REDD (o UN-REDD en inglés), entendiendo que este acrónimo fue borrado del documento final de Rio+20 y no es una designación oficial acordada en el marco de las negociaciones de Naciones Unidas. La mayoría de los países reaccionó contra esta propuesta de Bolivia y argumentó que no tuvieron suficiente tiempo para discutirla y analizarla en los respectivos países, por lo que Bolivia solicitó que este tema se incorpore en la agenda de debate de la próxima sesión.
Bolivia pretende lograr que el Programa de Naciones Unidos sea inclusivo a diversos enfoques sobre deforestación y degradación forestal, incluyendo además el Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques y la Madre Tierra, que ya está siendo apoyado por Naciones Unidas a través de este programa.
Negociador por el Estado Plurinacional de Bolivia en la reunión del Consejo de Gobierno y Foro Ministerial sobre Medio Ambiente.

BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS (ENTREVISTA).



En esta entrevista Boaventura de Sousa Santos nos habla de temas como la globalización contra hegemónica, la formación del sistema colonial, el capitalismo salvaje, el Buen Vivir, las contradicciones de la modernidad y de cómo todo ello se refleja en procesos concretos. 

EDUARDO GALEANO - "MUROS"


El Muro de Berlín era la noticia de cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro...
Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros han brotado, siguen brotando, en el mundo, y aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla del muro que Estados Unidos está alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.

Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y de aquí a poco será 15 veces más largo que el Muro de Berlín.

Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace 20 años perpetúa la ocupación marroquí del Sáhara occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide 60 veces más que el Muro de Berlín.

¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?

En julio de 2004, la Corte Internacional de Justicia de La Haya sentenció que el Muro de Cisjordania violaba el derecho internacional y mandó que se demoliera. Hasta ahora, Israel no se ha enterado.

En octubre de 1975, la misma Corte había dictaminado: "No se establece la existencia de vínculo alguno de soberanía entre el Sahara Occidental y Marruecos". Nos quedamos cortos si decimos que Marruecos fue sordo. Fue peor: al día siguiente de esta resolución desató la invasión, la llamada Marcha verde, y poco después se apoderó a sangre y fuego de esas vastas tierras ajenas y expulsó a la mayoría de la población.